jueves, 2 de junio de 2011

Eva Levy

 He estado leyendo sobre esta alta ejecutiva nacida en Tánger, judío-sefardita, y la verdad que me ha interesado mucho algunas de las cosas que expone y a las que se dedica.
Me parece una visión muy realista de las sociedad y si se escuchara más a este tipo de mujeres que reivindican una igualdad real, creo que social y laboralemente todo estaría mejor.

 
Eva levy, responsable de la división de mujeres en los consejos de administración y alta dirección de

ExcellentSearch, tiene claro que si las compañías hubieran escuchado más voces femeninas, la crisis no habría sido tan intensa. Está a favor de leyes contundentes que acaben con una situación “irracional”. “Somos más del 50% de la población. ¿Qué sociedad se puede permitir no desarrollar este talento? Estoy a favor de la paridad transitoria".
 Después de presidir la Federación Española de Mujeres Empresarias, Directivas y Ejecutivas (Fedepe), la consultora de recursos humanos Excellent Search fichó a Levy a principios de año. El enunciado de su cargo es todo un homenaje a la revolución femenina en la historia del universo empresarial: Levy es responsable de la división de mujeres en los consejos de administración y alta dirección de esta firma.

Talento
La mujer que inició su defensa de la mujer “casi por casualidad” asumió en ExcellentSearch la misión de poner en marcha una división especializada en la captación de profesionales en femenino para ocupar puestos en los consejos de administración de las empresas.

La firma ExcellentSearch se ha propuesto adelantarse a un lento pero seguro cambio de tendencia hacia la presencia de las mujeres en la alta dirección. “Es importante que se detecten las potenciales consejeras y que se haga una lista de las mujeres que pueden serlo”.

Levy se aleja de la radicalidad feminista, que siempre culpa al resto de la desigualdad de la mujer en los cargos ejecutivos, y se declara autocrítica. “Ser consejero es un acto de confianza; en un consejo manejas información de la compañía. Los hombres tejen redes mientras nosotras pensamos que todo consiste en la meritocracia; no nos damos cuenta de que también hay una parte emocional en la contratación de un consejero. Los hombres se ayudan mucho entre ellos; las mujeres estamos más aisladas y eso nos aísla del poder”, comenta. Y va más allá. “A nosotras nos gusta ser muy laboriosas y somos tan ingenuas que creemos que alguien nos lo reconocerá. Creemos en la Justicia divina; pero nos olvidamos de que vivimos en la humana”.

Trayectoria
Para apoyar sus tesis, Levy cuenta con un currículum que delata su experiencia en la captación de clientes en firmas como Calguinox, MacCann, Atos Origin y ShlumbergerSema (en la fusión de estas dos últimas, la directiva participó activamente). Experta en márketing y comunicación, Levy detecta otro hándicap femenino. “Ni nos vendemos como personas, ni vendemos lo que hacemos. El hombre hace valer lo que hace, pero la mujer, no. Nuestra capacidad de negociación es bajísima. Ahora, estamos pagando nuestra falta de decisión en muchas cosas”, advierte.
Pese a todo, Levy considera que el planeta femenino ha hecho un esfuerzo importante para arreglar la situación. “La mujer ha cumplido con lo que se le pedía. Se ha formado, ha hecho másters, ha crecido profesionalmente... Las que no han cumplido son las empresas”, asegura con contundencia.
“Las compañías aún no son conscientes de la riqueza que aportan las mujeres. Si hubiera habido más mujeres en los consejos de administración, no habrían pasado tantas cosas”, asegura Levy en referencia a la crisis. “Nosotras, por ejemplo, sopesamos mucho las cosas; la complementariedad entre hombres y mujeres en las empresas es estupenda”, asegura Aunque trata continuamente de no caer en el derrotismo, Levy escucha las señales de alarma. “Me preocupa mucho la caída de la mujer en los puestos directivos. En 2006, las mujeres suponían el 14% de los cargos ejecutivos; el 12% en 2007 y el 10% en 2008. Si esto sucedía en épocas de bonanza, ¿qué ocurrirá a partir de ahora? Los últimos datos que tenemos hablan de un 6,14% de mujeres ejecutivas en el mercado continuo y de un 9,05% en el Ibex 35”. Levy se muestra gráfica y dice que “hace años se veían muchas más fotos de mujeres en los periódicos”.
Una oportunidad para dar un vuelco a los órganos de administración puede ser, según esta ejecutiva, la renovación anual de cargos con ocasión de la junta general de accionistas. “Los consejos están reduciendo su tamaño y se están redimensionando. Mientras que en España el número medio de miembros es de 15, en Europa, es de 12. En esa renovación, a veces, se dejan plazas vacantes y puede haber lugar para las consejeras”.

Observatorio
Después de cumplir la mayoría de edad en la primera línea del frente femenino, Levy cree haber descubierto parte de la solución. “El mercado laboral tiene que pegar un cambio importante; hay que replantearse los sistemas de trabajo y tener un mayor conocimiento de la mujer directiva. Propongo la creación de un observatorio en las cuatro ciudades españolas con bolsa (Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia)”, plantea.
En cuanto a la conciliación, ese tema convertido en excusa para presumir entre las empresas, la directiva opina que “una mujer tiene que conciliar, pero también su pareja, para no vivir en un estrés permanente”. Y, para conciliar, es clave la visión estratégica que aplique cada organización.

Levy echa de menos una mayor información que permita el definitivo salto de la teoría a la práctica. “En los estudios que se hacen al respecto de la presencia femenina en las empresas, se suele hacer referencia a porcentajes, pero habría que saber también de qué edades, sectores y circunstancias se está hablando. No se saben cosas como: ¿ganamos menos que los hombres en igualdad de condiciones o en condiciones semejantes?”, se pregunta. La ejecutiva es muy crítica con la falta de datos objetivos en los informes. “Se hacen estudios de más de lo mismo en los que echo en falta muchas cosas”.

Optimismo
Pese a todo, Levy se muestra empeñada en trasladar optimismo. “Creo en la fuerza de las personas para cambiar la realidad”. Y está radicalmente en contra de los foros exclusivamente dedicados a las mujeres... o viceversa. “Hay que poner en marcha foros de pensamiento entre hombres y mujeres que busquen un mundo mejor y más justo. Debe haber un mayor diálogo entre hombres y mujeres”.
Levy es consciente, a pesar de su entusiasmo, del retraso en el protagonismo femenino que acumula un país como España. “Deberíamos pasar ya a una fase en la que se estuvieran tomando medidas”, señala. “Las mujeres tienen que empezar a construir las redes y se deben poner en marcha cursos y módulos a los que pueda acceder la mujer”.
Despacio, muy despacio, Levy, que utiliza a menudo un genérico 'nosotras' para aplicar un tono corporativista a su discurso, empieza a percibir ciertos cambios. La labor de la directiva en ExcellentSearch es captar mujeres que puedan fichar por los consejos de administración de las empresas, pero muchas veces son las mujeres las que se ponen en contacto con la consultora. “Nos llaman espontáneamente, cosa atípica en nosotras. Antes no veía a las mujeres manifestarse con tanta fuerza como ahora, y eso es porque la crisis agudiza el ingenio”.
Eva Levy pone como ejemplo Noruega, un país que implantó una ley en 2003 en la que instaba a las empresas que cotizaban en bolsa a que un 40% de los asientos del consejo estuviera en manos de mujeres. El Gobierno del país del norte dio un plazo de cinco años a las compañías y consiguió su propósito. De momento, en España, el Ejecutivo de Zapatero se ha quedado sólo en recomendaciones, pese a que en el Consejo de Ministros existe una paridad matemática. Según la teoría Levy, esta situación podrá cambiar cuando “las mujeres seamos conscientes del inmenso poder que tenemos y las empresas sean conscientes de la riqueza que aportan las mujeres”.

Entre su familia e Israel
“Entré hace 18 años en el mundo de la mujer por casualidad, aunque tuve la suerte de tener una madre muy avanzada para su tiempo que conducía con 18 años y que murió con 90. Ella me decía que ganara dinero, que me casara con quien quisiera y que, si no me gustaba, que me divorciara. Me pedía que fuera independiente”, resume esta ejecutiva cazadora de talentos femeninos en el universo empresarial.
Eva Levy se casó en 1976, en una ceremonia civil que fue el primer matrimonio mixto que se realizó sin acto de apostasía por parte de su marido, que era católico. Para conseguirlo, tuvo que luchar y mover muchos resortes, toda una señal del destino que esperaba a Levy. En aquella época, la batalla de la ejecutiva se centró en evitar que un católico renunciara por escrito a su fe, algo que era obligatorio entonces en los matrimonios civiles. “Las cosas no eran dadas; había que lucharlas”, recuerda. “Las sociedades evolucionan con muchos esfuerzos”, explica la directiva.
Hoy, Eva Levy, que habla francés (bilingüe), inglés, italiano y alemán, es viuda y tiene tres hijos (dos mujeres de 31 y 28 años, y un chico de 22 años). Además de su lucha por la mujer, Levy ha tenido tiempo para poner en marcha otras iniciativas. La ejecutiva ayudó activamente a la creación de la Cámara de Comercio España-Israel y es vocal de su junta directiva. Además, es miembro de la Comunidad Judía de Madrid. Levy es creyente, pero no practicante.