miércoles, 23 de febrero de 2011

Edith Head

 
(San Bernardino, California, 1897 - Los Angeles, 1981)

Considerada la gran dama del diseño de vestuario, su trayectoria profesional es una de las más impresionantes de la historia del cine; má de mil películas en su filmografía, 34 nominaciones al Oscar, ganó 8 premios de la Academia, jefe del departamento de diseño de la Paramount hasta 1967 y apartir de esta fecha jefe del departamento de diseño de la Universal.
Edith Head trabajó incansablemente durante varias décadas en la producción a  gran escala del Hollywood de la época de los estudios.
Desde los años diez los incipientes estudios comienzan a contratar profesionales especializados para los distintos departamentos artísticos. Todo ello requería, que los departamentos en los que trabajaba un inmenso despliegue de profesionales, diseñadores, maquilladores, fotógrafos...tomaran mayor cuidado en potenciar y mimar el “look” de sus estrellas.
Howard Greer, jefe del departamento de arte de la Paramount, contrata en 1923 a Head para dibujar los bocetos del vestuario propuesto para cada nuevo proyecto del estudio. Con ellos trabajaba un diseñador al que Head admiraba profundamente, Travis Banton. Este se haría cargo del departamento cuando Greer deja el estudio en 1927 y tomará a Edith Head como asistente. Banton, de gran talento, diseñaría algunos de los vestidos más celebrados de Carole Lombard o Marlene Dietrich de quién potencia para la pantalla su famoso “estilo masculino”.
Head comienza creando el vestuario de los actores secundarios en las películas de pequeño presupuesto del estudio, pero su magnífico trabajo y dedicación le hicieron tomar mayor responsabilidad y en poco tiempo alguna de las grandes estrellas de los años veinte como Clara Bow o Mae West vestían sus diseños en la pantalla.
Uno de los primeros éxitos de Head fueron sus creaciones para Dorothy Lamour en The jungle princess (Wilhelm Thiele, 1936). Para ella creó un exótico vestuario a base de pareos y bañadores de vivos estampados que marcaron la moda en las playas de toda América durante los años treinta.
Cuando en 1938 Banton abandona su puesto en la Paramount, Head, que contaba ya con una enorme experiencia, le sustituye al frente del departamento de vestuario. A partir de esta fecha su carrera es muy intensa. Paramount se estructuraba en sesenta departamentos especializados lo que puede dar idea de la envergadura y complejidad en la infraestructura de uno de los grandes estudios de esta época y de su enorme producción anual. Los títulos de su filmografía serán innumerables ya que aparte de diseñar, supervisaba el trabajo de todo su departamento.
Dos de sus más destacados trabajos fueron vestir a Bette Davis en Eva al desnudo (All about Eve, Mankiewicz, 1950) cuyos preciosos trajes de noche negro, los abrigos de piel y la elección de broches, pulseras de brillantes... contribuyeron a poner el toque justo de elegancia que el papel de Davis requería, y a Gloria Swanson como estrella retirada del cine mudo en El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard, Billy Wilder, 1950). Este último vestuario fue gratificante para Head. Colaboró mano a mano con la propia Swanson para darle forma externa al personaje de Norma Desmond. “Eramos co-diseñadoras” comentaría Head. Eligieron cada accesorio y cada detalle del vestuario con gran cuidado. El personaje debía desprender un perfume algo rancio y decadente, lo que consiguieron creando un glamour algo excesivo y pasado de moda.
Sus diseños para Elizabeth Taylor marcaron moda. La actriz durante los años cincuenta estaba en su época de esplendor. Para Un lugar en el sol (A place in the sun, George Stevens 1951) o La senda de los elefantes (Elephant walk, William Dieterle, 1954) Head crea un vestuario muy apropiado para resaltar la Sbelleza de la actriz. Trajes muy entallados en la cintura con amplias faldas, muy femeninos y que dulcificaban el físico más bien rotundo de Taylor.
También vistió a la delicada Audrey Hepburn de Vacaciones en Roma (Roman Holiday,William Wyler, 1953) y a una sobria Marlene Dietrich en Testigo de cargo (Witness for the prosecution, Billy Wilder, 1957). Dos actrices que han marcado tendencias muy personales en la moda.
Quizás habría que detenerse especialmente en el trabajo que Head realizó para Hitchcock. Se encargó del vestuario de muchas de las películas del director aunque algunas de ellas merecen destacarse; La ventana indiscreta (Rear window, 1954), Atrapa un ladrón (To catch a thief, 1955) y especialmente, Vertigo (1958). La primera por los maravillosos vestidos de Grace Kelly, quien pocas veces ha estado tan brillante y sofisticada en la pantalla. Atrapa un ladrón, por la enorme elegancia de la pareja Grace Kelly-Cary Grant y por ser, confesado por ella misma, el trabajo favorito de Head. Vertigo es la excepción a todo lo demás. No sólo por el indiscutible talento de Head demostrado en esta película sino porque pocas veces en el cine el vestuario se convierte en parte fundamental de la narración. La presencia/ausencia de Kim Novak (Madeleine/Judy) a través del vestido, de la imagen perdida y reconstruida. Los zapatos de tacón, el traje sastre o el vestido de noche se convierten en un fetiche para el personaje de James Stewart, en objetos con significado por sí mismos, piezas de un rompecabezas que tendrá que reconstruir. Sin duda un trabajo maestro de diseño y del uso del vestuario en la narración cinematográfica.
En 1967, al atravesar Paramount una época de profundos cambios, Head entra a formar parte del equipo de la Universal en donde se encarga de la dirección del departamento de diseño. A partir de esta fecha su trabajo baja en intensidad aunque no en calidad. Merece destacarse sobre todo su magnífico trabajo para El golpe (The sting, George Roy Hill, 1973).
Los diseños de Edith Head eran sinónimo en Hollywood de elegancia y glamour. Aseguraba que el vestuario debía servir por encima de todo para ayudar a la historia y a los personajes. Sin duda no podemos separar la imagen de algunos actores y actrices de los diseños de esta excepcional mujer.
Sus creaciones traspasaron la pantalla e influyeron de forma determinante en la moda de su época. Su talento, creatividad y su larga e intensa carrera han sido únicos en la historia del cine. La belleza que emanaba de su trabajo es un verdadero privilegio para el espectador. Sin embargo son muchos los profesionales del diseño de vestuario que pusieron su creatividad al servicio del arte cinematográfico, Travis Banton, Walter Plunkett, Helen Rose, Irene Scharaff, Jean-Louis, Orry-Kelly, Adrian, Cecil Beaton, entre otros, a quienes también va dedicado nuestro pequeño homenaje.
Edith Head recibió ocho Oscars; La Heredera (The Heiress,William Wyler 1949), Sansón y Dalila (Samson and Delilah, De Mille, 1949), Eva al desnudo (All about Eve, Mankiewicz, 1950), Un lugar en el sol (AS place in the sun, George Stevens, 1951), Vacaciones en Roma (Roman Holiday, William Wyler 1953), Sabrina (Sabrina, Billy Wilder, 1954), The facts of life (Melvin Frank, 1960), El golpe (The sting, George Roy Hill 1973).

viernes, 11 de febrero de 2011

Yogures con Sal

NENAS



NENES

Valentia

ORIGENES
Se fundó como Valentia Edetanorum en el año 138 a.C., siendo cónsul romano Décimo Junio Bruto, para instalar soldados licenciados, a los que repartió tierras junto a la nueva ciudad. 
La colonia prosperó con rapidez  y a corto plazo comenzó a acuñar moneda propia.
La ciudad fue destruida en el año 75 a. C. en el curso de la guerra entre Pompeyo y Sertorio. La ciudad debió quedar prácticamente abandonada durante al menos cincuenta años.
Torres de Serrans
Desde mediados del siglo I Valentia había recuperado ya el ritmo perdido e iniciaba una larga etapa de desarrollo, caracterizada por el crecimiento urbano, la afluencia de nuevos colonos, y el engrandecimiento de la urbe mediante la creación de grandes edificios públicos como el foro o el circo y la ejecución de importantes obras de infraestructura, como un puerto fluvial junto a las actuales torres de Serrans o la traída de aguas, un equipamiento del que los valencianos no volverían a gozar hasta mediados del siglo XIX.
En la segunda mitad del siglo III, de manera paralela al resto del Imperio, Valentia atravesó una etapa de crisis que marcó el inicio de un largo periodo de decadencia, a lo largo del cual la ciudad fue retrayendo su perímetro, despoblándose barrios enteros, y se abandonaron las redes de infraestructuras, síntoma de una relajación en el gobierno municipal.
Un siglo después, coincidiendo con las primeras oleadas de pueblos germánicos y con el vacío de poder dejado por la administración imperial, la iglesia asumió las riendas de la ciudad y los edificios de culto cristiano fueron reemplazando los antiguos templos romanos. En tiempos del obispo Justiniano, en el siglo VI, Valentia experimentó una cierta recuperación, frenándose por algún tiempo la degradación urbana y se celebró en ella un importante concilio regional. Con la invasión bizantina del sudoeste de la península en 554 la ciudad cobró una importancia estratégica, instalándose en ella contingentes militares visigodos y emprendiendo tareas de fortificación del antiguo circo romano. Tras la expulsión de los bizantinos en el 625 se inicia una etapa oscura, mal conocida por la historia y apenas documentada por la arqueología, que parece testimoniar un tono de vida urbana muy bajo.

El Arte de Beber

Club de vinos el cuál persigue posicionar  los vinos cooperativos en el mercado y difundir los valores de un producto de arraigo cultural y social. 'El Arte de Beber', impulsado por Cooperativas Agro-alimentarias, está abierto a todas las cooperativas vinícolas del país. Su producción abarca una enorme variedad de uva con la que se elaboran siete de cada diez vinos. En la actualidad, generan en torno a 4.000 puestos de trabajo fijo y una producción anual valorada en más de 1.000 millones de euros.
 Conforman además un soporte medioambiental insustituible contra la desertización en determinadas zonas semiáridas. Por otro lado, el trabajo de las cooperativas, conjugando tradición e innovación, ha permitido recuperar variedades de uva que se creían perdidas.
Los cooperativos son vinos de producción propia, al proceder de las aportaciones de los cerca de 160.000 socios viticultores que gestionan su propia tierra. Su experiencia –nadie conoce mejor la forma de cultivar y obtener frutos de un viñedo que su propio dueño–, unida a la labor de técnicos de campo y enólogos en el proceso de selección de matera prima y elaboración garantizan un producto final de calidad. Sin embargo, durante años, los vinos producidos en las propias cooperativas han permanecido a la sombra de los grandes nombres del sector. Ahora, sus productores buscan cambiar esa       tendencia presentando vinos cuidados y con la garantía de trazabilidad que solo da el haber sido creado en el mismo entorno donde creció la uva, manteniendo un riguroso seguimiento de sus cualidades desde el origen. Además, su producción es sostenible. Todas las bodegas cooperativas se ubican en el medio rural, con vocación de permanencia y, en muchos casos, como única empresa de la zona y pilar de la economía local.

El Arte de Beber inicia su trayectoria con 25 vinos diferentes, pertenecientes a 10 bodegas cooperativas, pero la iniciativa ya tiene previsiones de crecimiento. Sus organizadores calculan que, a lo largo del año que viene, se podrían integrar en este club nuevos vinos selectos, de otras 20 bodegas cooperativas más.



miércoles, 9 de febrero de 2011

Arquitectura Modular - Prefabricados en Poliéster

  Aria domus, empresa especializada en arquitectura modular, revoluciona las reglas convencionales de las construcciones prefabricadas, con un producto innovador y flexible. Sus construcciones modulares son ligeras, resistentes, incluyen sistemas eléctricos y de recogida de aguas en el mismo elemento estructural.

El tiempo de montaje es mínimo como el mantenimiento de los materiales, poliester y acero inoxidable 316, ya largamente utilizados y de comprobada resistencia a los agentes agresores.


La ingeniería innovadora del producto da la posibilidad de construir en breve tiempo y con mano de obra minima una vivienda de 30m2 a 180 m2,un local auxiliar de venta o exposición, una nave industrial.

martes, 8 de febrero de 2011

Pronúnciese «elegetebé»

Hay varios cantamañanas convencidos de que la lengua no pertenece a quienes la hablan, sino a quienes deciden retorcerla a su antojo a golpe de guía y decreto. Me refiero a esos individuos de ambos sexos -ellos dirían individuos e individuas de ambos géneros- que se atreven, con la osadía de su ignorancia, a lo que ni siquiera pretende la Real Academia Española; que hace ortografías y gramáticas para ordenar y clarificar la parla castellana, pero no establece prohibiciones o valores morales -más allá de las marcas informativas vulgar, despectivo, peyorativo, culto o coloquial- sobre lo que la peña debe decir por la calle, en el bar donde no fuma, o en su casa. Pero hay gente, como digo, segura de que basta poner etiquetas de incorrección política o publicar guías normativas para que el habla de la sociedad se ajuste, sin más, al objetivo buscado. Y como en este país de tontos del ciruelo eso da votos, raro es quien no acaba apuntándose por iniciativa propia -el récord de imbecilidad socialmente correcta, aunque muy disputado, lo tiene de momento la Junta de Andalucía- o bajo presión del qué dirán, financiando verdaderos disparates; que luego, presentados con mucha gravedad y esmero, reservan al político de turno, cargo paniaguado o talibán de pesebre -a menudo se hacen la foto juntos, encantados de haberse conocido-, un lugar en los informativos regionales, o en los telediarios.

La penúltima es valenciana, a cargo del Consejo de la Juventud de allí; que con la colaboración del ayuntamiento local presentó hace un par de semanas su Guía del lenguaje no heterosexista: curioso documento donde, junto a reflexiones oportunas sobre la diversidad sexual y la necesidad de su reconocimiento social, los autores también se meten sin rubor a resolver, en cuatro líneas, complejas honduras de la lengua y su uso. Por ejemplo, manifestando que su objetivo es ser, modestia aparte, «herramienta útil y directa de lucha contra el patriarcado y el heterosexismo a través del lenguaje», a fin de que la creencia de que la gente suele ser heterosexual y adscrita a un sexo determinado -la guía, por supuesto, dice género- «vaya desapareciendo de la sociedad»; por ejemplo, evitándose «esquemas que presupongan la existencia de un padre y una madre». Con especial atención, teniendo presente la diversidad de situaciones familiares actuales, a «rechazar la presunción de heterosexualidad» en las personas. Lo que, dicho en corto, significa dirigirse siempre al prójimo en términos ambiguos y poco comprometidos sobre el sexo de su presunto padre y su señora madre, aunque los tenga. Por si acaso. Y aunque el interlocutor aparente ser varón o hembra -quizá porque lleve bigote o luzca unas tetas de la talla 98-, no dar nunca por sentado que es una cosa u otra, no vayamos a ofenderle la sensibilidad. Etcétera.

Estoy seguro de que esa pandilla de bobos socialmente correctos, que se extiende cual mancha de aceite de oliva virgen, no se da cuenta del lío en que está metiendo a la gente -recuerden a la pobre mujer que habló en la radio de subsaharianos afroamericanos-. De la confusión a que nos expone cuando mezcla conceptos lógicos y respetables con desvaríos de género y génera, con radicalismos idiotas que camuflan la entraña del asunto: la necesidad indiscutible de orientar a la sociedad hacia un cambio de mentalidad y actitudes, haciendo justicia a colectivos sometidos al ninguneo y al desprecio. Sin embargo, para eso hacen falta cultura e inteligencia, elementos poco habituales en la clase política y sus clientes subvencionados. Es más fácil apuntarse dos capotazos en plan caricatura, tachando de reaccionario, machista y homófobo a quien discrepe de las maneras o, con toda la razón del mundo, se chotee del negocio. Ya me dirán ustedes qué suerte puede correr una causa, por noble y razonable que sea, cuando se aliña con estupideces como que es necesario proscribir la expresión «relaciones entre chicos y chicas», por excluyente, cambiándola por «relaciones sexuales»; o cuando se afirma que la palabra homosexual se usa de forma limitadora e «invisibilidad» a las lesbianas, y debe sustituirse de inmediato, por escrito y en el habla cotidiana, por las siglas LGTB. Que engloban a lesbianas, gays, transexuales y bisexuales, y además queda más corto y manejable «por economía lingüística».

De manera que, señoras y caballeros, ha nacido otra estrella. Según la guía valenciana, usted y yo deberemos decir en adelante, so pena de ser llamados fascistas homófobos, «Día del orgullo LGTB» -pronunciado elegetebé, ojo-, «comunidad LGTB» y «LGTBfobia». El puntazo, sin embargo, viene al final, cuando la guía se refiere a condenables «expresiones heterosexistes com ara donar per cul». Lo que significa que, a partir de ahora, tampoco podremos utilizar la gráfica, rotunda y siempre útil -especialmente en España- expresión «vete a tomar por culo». Por elegetebefóbica.

No se ustedes pero yo lo he flipado absolutamente....y no porqué yo sea elegetebéfobica. A mí que cada uno que sea lo que quiera, que se exprese como quiera,....no sé,sentirse libre, vamos que nadie te juzgue. He aquí el quid de la cuestión.....

Pero no, en este país siempre tienen que estar juzgando. 

Hasta hace poco, si eras homosexual ( por cierto este signigicado ya incluye a gays, lesbianas,etc.... adj. Dicho de una relación erótica: Que tiene lugar entre individuos del mismo sexo. Que no entiendo porque estos colectivos son tan egocéntricos ) estaba mal visto y la gente criticaba lo que desconocía ( por supuesto esto es de lo más habitual en este país de hipócritas ). Y ahora resulta que es al revés, que dentro de poco ser heterosexual va a estar mal visto.................Pero por favor dejense de GILIPOLLECES, dediquense a lo que se tienen que dedicar y dejen de marcar a la gente como si fueramos borregos.

Gra a Gra Pinot Noir

Nace un nuevo vino; el Gra a Gra Pinot Noir 2009. Un vino naturalmente dulce. La Pinot Noir es la variedad de uva más afectada por el cambio climático y precisamente por esta razón nace el Gra a Gra Pinot Noir.

La historia del viñedo del que procede este vino se remonta a 1988, cuando Jaume Gramona, Director Técnico de Gramona, recién llegado de la Borgoña plantó el primer viñedo de Pinot Noir experimental del Penedés, en la finca Mas Escorpí, a más de 315 metros de altura, en un terreno muy pedregoso, calcáreo y con buena ventilación. De este viñedo surgió el vino Bru de Gramona –la primera añada fue la de 1997-, como único tinto de la bodega siendo 100% Pinot Noir.
Doce años más tarde, en el verano de 2009, Jaume Gramona observó cómo este viñedo estaba sobre-madurando, debido sobre todo al aumento de las temperaturas, que dificultaban  la óptima maduración de las pepitas y de la piel. Las variaciones observadas descartaban la elaboración para obtener el Bru de Gramona, que requiere otras características. Sin embargo, este fue el inicio que culminó con la elaboración del Gra a Gra Pinot Noir 2009, un vino naturalmente dulce.
Este nuevo vino es un claro ejemplo de la repercusión del cambio climático en la viticultura, ya que de un mismo viñedo se han obtenido dos vinos totalmente diferentes. En Gramona la innovación es una constante en su trayectoria y con el Gra a Gra Pinot Noir el equipo técnico de Gramona, liderado por Jaume, ha sabido adaptarse a la nueva situación. Este vino naturalmente dulce posee además un minucioso proceso de elaboración en el que los granos de las uvas fueron seleccionados individualmente de cada racimo. Se vendimiaron a mano en cajas dos terceras partes del viñedo, se trasladaron las uvas a la crio-cámara durante 36 horas, para bajarlas a una temperatura de 0ºC -sin congelación de la pulpa pero sí escarchado de la piel-.
Una vez en la mesa de selección se escogieron los granos de uva más adecuados y se introdujeron en tinos de madera, donde se llevó a cabo una maceración prefermentativa de 10 días con bazuqueos cada 12 horas. Se protegió la superficie de los tinos con nieve carbónica y cuando se levantó el sombrero se descubó rápidamente. El mismo día se vendimió la tercera parte restante del viñedo y se realizó la misma operación incluyendo los granos de uva en el mosto que iniciaba su fermentación a 16ºC. La fermentación alcohólica duró casi 8 semanas, hasta que se paró de forma natural con 160 gr/l de azúcar y 13% de volumen alcohólico. Sin sequedad alguna en boca se consiguió una astringencia potenciadora imprescindible para el nuevo equilibrio alcohol-azúcar-acidez. Se obtuvo así el Gra a Gra Pinot Noir, un vino afrutado, de gran intensidad aromática y con un buen potencial de guarda. Servido entre 8ºC y 12ºC, resultará un excelente compañero de un pastelito suave o bizcocho con frutos rojos, crème brûlée o magdalenas. La producción de este primer Gra a Gra Pinot Noir ha sido muy limitada, pues sólo se han elaborado 4.000 botellas.